Ataque a la política europea para el cannabis

Informe TNI
Abril de 2002

En período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU que tuvo lugar en Viena (11-15 de marzo de 2002) se produjo un fuerte ataque contra las tendencias europeas hacia la 'tolerancia' respecto al uso y la posesión de cannabis. Se vivió también un intento orquestado por aprobar una resolución que pusiera freno a dicha tendencia.

En su último informe anual, la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) condenó fuertemente las tendencias tolerantes de los países europeos hacia el consumo de algunas substancias ilícitas. La alusión estaba dirigida a países como Suiza, Holanda, Portugal, España, Bélgica e Italia, que se han inclinado a favor de políticas indulgentes en el uso del "cannabis". En el marco de la crítica a la tolerancia, la Comisión de Estupefacientes (CE) de la ONU, en su sesión del 11-15 de marzo del 2002 en Viena, se pronunció también en contra de las prácticas que se han ido extendiendo en Europa en los últimos años, con relación al uso y posesión de "cannabis." La CE insistió en la necesidad de asegurar la continuación de la aplicación de las estipulaciones de las convenciones de la ONU para substancias ilícitas.

Durante el encuentro en Viena, países como Marruecos y Venezuela señalaron la contradicción entre una tendencia a despenalizar el consumo del "cannabis" y las presiones de erradicación de cultivos en los países del Sur. Hay, efectivamente, una contradicción entre la tendencia europea hacia políticas de drogas más indulgentes, racionales y pragmáticas en lo relativo al consumo, y el escalamiento del enfoque represivo que se aplica en los países productores. Mientras no se haga una revisión a fondo del contenido de las convenciones de la ONU para el control de drogas y se introduzcan las reformas necesarias, no habrá posibilidad de superar este tipo de contradicciones entre las prácticas domésticas de los países y las obligaciones a las que los someten los acuerdos internacionales. Hasta ahora, las convenciones de drogas han sido sacrosantas, bloqueando cualquier cambio, así como un abierto sobre el control internacional de drogas

Los países de la línea dura que se oponen a cualquier forma de relajamiento en materia de drogas, expresaron en Viena su preocupación respecto a la contradicción europea, y lograron producir una resolución en la que se reafirma la necesidad de asegurar la restricción legal del uso de substancias narcóticas ilícitas, recordando la obligación que tienen los estados de penalizar el uso de drogas narcóticas cuando éste no tiene fines médicos. Otros países, como Ghana y Nigeria, deseosos de obtener ayuda financiera para la erradicación de "cannabis" y para Desarrollo Alternativo, se expresaron abiertamente a favor de la línea prohibicionista tanto en la oferta como en la demanda. Una jugada hábil de los estadounidenses, permitiendo que fueran los países del mundo árabe y los africanos los que llevaran a cabo el ataque frontal contra la política europea.

Por su lado, los países europeos prefirieron mantener una actitud prudente, evitando un en la CE que propiciara una mayor polarización en las opiniones, y pusiera en peligro el terreno conquistado para experimentar con la reducción del daño. Pero, sabiendo que el objetivo de EEUU y otros países de línea dura es ante todo el mantenimiento de una adherencia estricta a las convenciones internacionales de drogas, Europa no debería temerle a una condena internacional y abandonar la actitud defensiva que ha mostrado hasta ahora.

Una señal reciente en este sentido fue el informe La política de drogas del gobierno, ¿está funcionando?, publicado el 22 de mayo por la "Comisión de Investigación sobre Asuntos Internos de la Cámara de los Comunes del Reino Unido". En resumen, este informe le dice no a la legalización pero sí a una política de drogas razonable, basada en la reducción del daño y opuesta al prohibicionismo de la tolerancia cero. La Comisión recomienda además abrir el sobre las convenciones de la ONU.

Para evitar futuros ataques a la liberalización del "cannabis" se requiere la cooperación internacional de los partidarios de una reforma en las políticas de drogas. Tarde o temprano las tendencias tolerantes van a chocar abiertamente con las limitaciones de las convenciones. Una nueva sesión de la CE el año entrante intentará sin duda frenar la tendencia a la despenalización del "cannabis", y la confrontación podría ser aún más compleja pues no tratará solamente el tema del “uso” sino también la posesión y la oferta (cultivos), que serán más difíciles de negociar. En este sentido vale la pena tener presente la invitación hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dispuesta a reconsiderar la información científica sobre el "cannabis" que se tuvo en cuenta para la Convención de 1961.