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Legalizar la marihuana medicinal no conlleva más delitos en EE UU

Según un estudio de la universidad de Texas, la regulación de la sustancia reduce los crímenes, incluso, los homicidios

Carolina García
Marihuana.
Marihuana. EFE

Una de las razones fundamentales por la que muchos Estados de Estados Unidos no han legalizado todavía la marihuana para su uso medicinal es por el temor a que hacerlo suponga un aumento de los delitos criminales, ya que podría convertir a los usuarios en adictos y a los dispensarios de la sustancia en posibles escondites para los drogadictos. Pero un último estudio realizado por la universidad de Texas contradice esta creencia y ha concluido que legalizar la sustancia “no aumenta el número de crímenes e, incluso, reduce los homicidios”. La investigación, publicada en PLOS ONE, abre de nuevo el debate. La marihuana para usos medicinales fue aprobada por primera vez en EE UU en 1996.

"Creemos que la legalización de la marihuana medicinal no representa una amenaza para el aumento de la delincuencia violenta", dijo Robert Morris, autor principal del estudio, a The Huffington Post. “Después de controlar factores que están relacionados con la consecución de delitos, se tuvo en cuenta otros como la pobreza, el empleo, la educación, el consumo de alcohol y el número de habitantes. Y no hallamos evidencia de que hubiera habido un aumento de la violencia tras la aprobación de la marihuana medicinal. Incluso, hubo un descenso de los homicidios y de las agresiones”, explicó Morris.

Los resultados han sido obtenidos tras el análisis de la incidencia de crímenes, con datos del FBI, en los 50 Estados desde 1990 a 2006, tiempo en el que 11 de ellos aprobaron el uso medicinal de la marihuana, para ayudar a los enfermos terminales y con mucho dolor a paliar sus síntomas. Estos Estados fueron los de Alaska (1998), California (1996), Colorado (2000), Hawai (2000), Maine (1999), Montana (2004), Nevada (2000), Oregón (1998), Rhode Island (2006), Vermont (2004), y Washington (1998).

En la actualidad, en 20 Estados de los 50 que conforman la nación más el Distrito de Columbia se permite el uso de marihuana medicinal. Colorado y Washington han legalizado su uso recreativo, convirtiéndose en los dos primeras jurisdicciones mundiales en hacerlo en 2012. Otra docena de Estados cuentan con proyectos ley para la legalización de la sustancia en alguna forma. El estudio no entra en la vinculación entre consumo de la sustancia y el crimen, aunque “creemos que el aumento de la criminalidad tiene mucho que ver con el componente ilegal de la marihuana”, añadió el experto.

A pesar de este resultado, explica The Wall Street Journal, muchos dueños de locales que dispensan la marihuana medicinal están preocupados por el aumento de los delitos, en algunos de ellos las dosis se pagan en efectivo, ya que muchos bancos no permiten el uso de tarjetas de crédito para abonar la sustancia.

El Gobierno de EE UU está intentando también paliar este problema, a pesar de que la marihuana sigue siendo ilegal a nivel federal. El pasado febrero, la Administración de Barack Obama y el Departamento de Justicia dieron permiso a los bancos de la nación a ofrecer cuentas y otros servicios a las empresas donde la venta de marihuana medicinal o recreativa es legal.

"Las instituciones financieras pueden ofrecer servicios a los negocios relacionados con la industria de la marihuana de un forma compatible con sus obligaciones y con sus clientes, reportando posibles crímenes”, según explicaba, entonces, el comunicado del Departamento del Tesoro. Ante la noticia, los bancos alegaron que “estas directrices no eran suficientes para convencer a las entidades financieras a hacer negocios con la industria de la marihuana”. Las empresas privadas también pretenden controlar el pago en efectivo, explica el mismo diario.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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