Milicias en Río de Janeiro

Viernes, 5 de noviembre, 2010

carro_batmanEl mes pasado se estrenó en Brasil la película ‘Tropa de Elite 2’. Se trata de una secuela de la exitosa película de 2007 ‘Tropa de elite’, una descripción semi ficticia de la BOPE, unidades especiales de policía fuertemente armados que invaden los barrios pobres de Río de Janeiro persiguiendo a las bandas de traficantes de drogas. En la nueva secuela el BOPE tienen un nuevo enemigo: los grupos paramilitares conocidos como "milicias" en lugar de los sospechosos de siempre, las bandas de narcos de Río.

Las milicias son grupos privados de patrullaje bien organizados, compuestos por agentes de policía deshonestos, despedidos o jubilados, bomberos y guardias de prisiones. Actúan con violencia y la justifican bajo la pretensión de que proporcionan seguridad en los barrios y buscan eliminar las bandas de narcotraficantes y la violencia causada por la competencia entre las bandas que se disputan las zonas de tráfico de drogas. La ausencia de una presencia regular de las fuerzas del orden encargadas de mantener el orden público ‘legitima’ la acción de estos escuadrones. Muchas de las favelas de Río están controladas por las milicias, principalmente en la zona oeste de la ciudad, sin embargo, sorprendentemente el tema está fuera del radar del público en general.

Con más de 1,25 millones de espectadores durante su primer fin de semana, “Tropa de elite 2” rompió un récord nacional. Las críticas fueron positivas, contrariamente a lo que sucedió con su predecesora que causó una gran controversia por su retrato de la brutalidad policial sin castigo en las favelas. Para algunos “Tropa de elite 1” hace una glamourización de la violencia policial y la consideraron como una película ‘fascista’. Según una reseña cinematográfica, ‘Tropa de elite 2’ fue “aún más lejos en el realismo y la dureza de la situación social en Río de Janeiro, plagada por la violencia y la corrupción en todas sus formas”.

crime4pEl TNI publicó en marzo de este año un informe sobre el fenómeno, “El impacto de las acciones de las milicias en la políticas de seguridad pública de Río de Janeiro”. En el informe, Paulo Jorge Ribeiro y Rosane Oliveira destacan el aumento de las milicias y los episodios recurrentes de violencia urbana extrema en Río de Janeiro. El informe muestra que las milicias privadas forman parte de un problema de la inseguridad urbana que tiene raíces mucho más profundas e históricas. El estudio describe un escenario preocupante en los asentamientos informales urbanos que pueden ser muy particulares de Río, pero que también representan la evolución de la seguridad urbana que se ha extendido mucho más allá de Brasil.

En muchas de las grandes ciudades del mundo en las que hay problemas de control, el Estado a menudo no puede proporcionar la ley y el orden ni satisfacer las necesidades básicas de seguridad, siendo sustituido entonces por una amplia gama de medidas de seguridad alternativas ilegítimas, creándose un vacío de poder y de gobierno. En ausencia del Estado de derecho y del buen gobierno, la seguridad deja de ser un bien público y se transforma en un bien privado. El contrato social entre el Estado y los ciudadanos, que se expresa en el pago de impuestos y en la protección garantizada en el monopolio del uso legítimo de la fuerza, está seriamente debilitado. El monopolio estatal del uso legítimo de la fuerza se erosiona y los "mercados de violencia" o "mercados de la fuerza" emergen como un modo de regulación de la seguridad.

Ribeiro y Oliveira demuestran que las milicias tienen también otros motivos. El objetivo final es el beneficio de las milicias, recaudación de impuestos de seguridad a los habitantes, empresas y servicios. Estos motivos económicos han provocado violentas disputas entre las diferentes milicias. La malsana realidad que Río de Janeiro padece hoy día es que -además de la violencia entre bandas de narcotraficantes, y entre bandas de narcotraficantes y la policía- las milicias han añadido una nueva ola de violencia, la de las milicias contra las bandas de narcotraficantes, las milicias contra las milicias y las milicias contra la policía.

La película es un ataque directo contra la corrupción en todos los niveles del Gobierno, incluidos los más altos. Ataca en particular la elección del gobernador de la ciudad y de los trucos políticos que se hacen para llegar allí. Ahora sólo queda esperar que “Tropa de elite 2” lleve a los espectadores más allá de la fascinación por la violencia y aumente la conciencia sobre las cuestiones fundamentales en juego. El informe mencionado ayuda a entender de qué cuestiones se trata.

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