Los arrestos en Nueva York por posesión y consumo de marihuana están a muy poco de ser una cosa del pasado. El alcalde Bill de Blasio da un mes de plazo a su Departamento de Policía (NYPD) para que reforme las tácticas que sigue al reprimir a quienes fumen cannabis en zonas públicas. El cambio se anuncia después de que las estadísticas revelaran una clara discriminación racial en las detenciones. La NYPD realizó el año pasado 16.925 arrestos relacionados con la posesión o el consumo de marihuana. Es una cifra muy inferior a las 60.190 detenciones en 2000, en buena medida porque desde hace tres años se emiten citaciones – multas – que no crean antecedentes penales.