La prisión por tenencia de drogas, una excepción

En un inmueble en Atucucho, en el norte de Quito, los agentes realizaron dos allanamientos. Foto: Sara Ortiz/ EL COMERCIO

En un inmueble en Atucucho, en el norte de Quito, los agentes realizaron dos allanamientos. Foto: Sara Ortiz/ EL COMERCIO

En un inmueble en Atucucho, en el norte de Quito, los agentes realizaron dos allanamientos. Foto: Sara Ortiz/ EL COMERCIO

Fue arrestado por quinta vez y por el mismo delito: una supuesta tenencia de drogas. Hace cuatro días, Jaime L. estuvo frente a un juez en la Unidad de Flagrancia, en Quito. Según su historial judicial, la única ocasión que pasó 90 días en la cárcel fue en marzo del 2014, cinco meses antes de que entrara en vigencia el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

Con las nuevas regulaciones sobre las drogas, como los cuatro niveles de tráfico o tenencia y las cantidades máximas permitidas para consumo de narcóticos, los 261 gramos que aparentemente portaba Jaime no fueron evidencia para ordenar su prisión preventiva. Sin embargo, esa cantidad es el doble de la que tenía cuando estuvo preso el año pasado.

Tampoco sirvió la versión de Policía de que aparentemente llevaba la sustancia distribuida en 87 dosis de marihuana o que había sido esposado cerca de un colegio. Aunque el fiscal dijo que es posible que Jaime se dedicara al expendio pidió que el juez aplique otras medida distintas a la prisión.

El artículo 220 del COIP considera tráfico de mínima escala cuando alguien tiene hasta 300 g de marihuana y la sanción va de dos a seis meses de prisión.

“(La sustancia) es para mí, yo soy adicto. El año pasado estuve en la clínica de rehabilitación, señor juez”, dijo el sospechoso. 20 minutos después, el juez firmó su boleta de libertad.

Cifras de la Policía Antidrogas y de la Judicatura señalan que el 32% de personas arrestadas en Quito, Guayaquil, Ambato y Cuenca por drogas salieron libres entre el 1 de enero de este año y el 23 de febrero. A ellos no se les emitió la orden de encarcelamiento, pero deben presentarse periódicamente ante un juez.

Otro 39% de los arrestados en flagrancia recuperó su libertad sin cargos. En estos casos fueron hallados con las cantidades máximas permitidas por el Consep. El 21 de mayo del 2013, esta entidad resolvió que una persona puede portar hasta 10 gramos de marihuana, dos de pasta base, uno de cocaína, 0,1 de heroína si es para su uso.

Narcisa P., de 42 años, salió el martes pasado luego de que asegurara que usa drogas desde los 15 años. “No me dedico a vender, solo las consumo”. Se trató de su segundo arresto en menos de seis meses.

El penalista Álvaro Moncayo explica que antes de la tabla, la prisión preventiva era una medida que los jueces daban por igual al que portaba cinco gramos de marihuana como al que traficaba toneladas. Antes del COIP, la mayoría de los aprehendidos quedaban detenidos.

Un informe de la Fiscalía detalla que entre el 9 de julio del 2012 al 27 de julio del 2014, el 80% de las personas arrestadas a escala nacional por posesión de drogas recibía prisión preventiva. Solo al 6,8% le otorgaron otra medida cautelar.

Ahora eso ha cambiado. Por ejemplo en Quito, solo el 12% de los 56 aprehendidos durante febrero de este año quedó con prisión preventiva tras ser acusados de tenencia o posesión de narcóticos. En cambio, en febrero del 2014 fue del 84%.

Moncayo precisa que si los delitos tienen una pena inferior al año de cárcel, el fiscal no puede solicitar la prisión. En el caso de la cocaína y pasta base se puede llevar hasta 50 gramos y no ser privado de la libertad y en la marihuana hasta 300, según el COIP.

El Estado determina que el uso de drogas es un problema de salud. Ese fue uno de los argumentos para que la Asamblea actualmente promueva el proyecto de Ley de Prevención de Drogas y este miércoles tendrá un nuevo análisis.

La reciente muerte de un adolescente guayaquileño por síndrome de abstinencia a la heroína y el estado de coma de otro por el uso de esa sustancia reveló el consumo problemático en los menores.

La legislación ha permitido la entrada y salida de personas sospechosas de tráfico, como en el caso de Jaime y Narcisa.

En Quito, Antinarcóticos de Pichincha ha identificado más de una decena de viviendas en donde la venta de droga nunca para pese a los constantes operativos. Una de estas es una casa en San Roque (centro). En noviembre, allí fue detenido Marco M. Tenía otros 13 arrestos anteriores; cuatro por drogas.

Para los agentes, su trabajo “no es un juego del gato y el ratón. Nosotros cumplimos con detener a cualquiera que tenga desde un gramo de una sustancia que no es permitida”.

Según la Policía, las 2 000 dosis halladas en la casa de San Roque correspondían a la venta de un solo día. Los sospechosos cobran entre USD 1 y 3 por cada paquete. Una semana más tarde, en la misma vivienda, el hermano de Marco fue arrestado, y hace tres semanas, en otro allanamiento, otro miembro de esa familia fue apresado.

En contexto

En los dos primeros meses del 2015 la Policía Antinarcóticos ha confiscado 13,3 toneladas de droga a escala nacional. De esa cifra, 3,42 toneladas estaban destinadas al tráfico interno. La pasta base y la marihuana son las sustancias que más se consumen en el país.

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