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La Marihuana es cada vez más legal en EE. UU.

En ese país ya hay un movimiento por la legalización de esa hierba para diferentes usos.

En junio de 1971, y hablando desde la Casa Blanca, el entonces presidente Richard Nixon declaró una guerra frontal contra las drogas tras indicar que constituían una amenaza para la seguridad nacional del país. Entre las primeras medidas que tomó fue la de clasificar a la marihuana en la categoría número uno de las listas de sustancias prohibidas en EE.UU., en compañía de otras pocas como la heroína.
Y aunque 45 años después esta droga sigue estando en la misma categoría, ha sido enorme el cambio de la sociedad estadounidense frente a la otrora yerba maldita.
Una nueva prueba de ello emergió esta semana durante las elecciones de mitad de término. Dos estados, Alaska y Oregon no solo le legalizaron el consumo con fines recreativos de esta sustancia sino que dieron poder a sus líderes para reglamentar la producción y venta, como si trata de un negocio de panes.
Estos dos estados se suman a otros dos, Colorado y Washington, que dieron este mismo paso en las elecciones de hace dos años. Y varios más están en cola pues al menos seis estados, entre ellos California, Massachusetts, Maine, Nevada y Arizona, planear realizar referendos con el mismo objetivo en los comicios de 2016.
Más sorprendente aún - si eso es posible- es que Washington, la propia capital de EE.UU. y donde está la sede el gobierno y el Congreso, aprobó también durante este ciclo electoral la legalización del consumo con fines recreativos y hasta el cultivo de una cantidad limitada de plantas para uso personal.
Y lo hizo por abrumadora una abrumadora mayoría: casi el 70 por ciento dijo que SI a la iniciativa durante los comicios de este martes. Todo una ironía pues sucede en el patio delantero de la nación que más recursos ha gastado (8.000 millones de dólares anuales) tratando de reprimir la producción, tráfico y consumo de drogas no solo en EE.UU. sino en el mundo entero.
El único revés que sufrió el movimiento pro marihuana -pues ya es todo un movimiento- fue en Florida donde los electores rechazaron una propuesta para autorizar el uso de la marihuana con fines medicinales. Pero aún allí la derrota tuvo sabor a triunfo ya que el 57 por ciento de la población dio su visto bueno pero no ganó pues en este estado se requiere una votación superior al 60 por ciento cuando se trata de una modificación constitucional.
En total, y eso habla claro del profundo cambio por el que atraviesa EE.UU., más de la mitad de los estados (33 entre 50) han aprobado normas que autorizan el uso de la hierba con fines medicinales en los últimos 15 años.
¨La situación se está transformando y rápido. Si me hubiese preguntado hace 5 años si la casa del jefe de la política antidrogas (Washington) iba a legalizar hubiese dicho que no. Pero aquí estamos. Ahora es el Congreso el que debe actuar¨, sostiene Michael Collins, de la Alianza para la Política sobre Drogas, y uno de los que promovió el referendo en la capital de EE.UU.
Es precisamente allí, opinan la mayoría, donde tiene que darse el próximo gran cambio. De acuerdo con los sondeos, el último de Pew Center en agosto de este año, una mayoría de los estadounidenses (el 54 por ciento) está de acuerdo con que esta droga debe ser legalizada. En marcado contraste con los resultados de hace dos décadas cuando casi el 70 por ciento se oponía.
Pese a ello -y al movimiento pro legalización que sigue propagando por todo el país-, la marihuana sigue estando prohibida a nivel federal y todavía están vigentes fuertes sanciones que incluyen cárcel para los infractores.
El presidente Barack Obama ha optado por obviar este contradicción ordenando a las autoridades federales -que están bajo su mando- no aplicar la ley en aquellos estados done se ha bendecido el uso de marihuana con fines medicinales o recreativos.
En otras palabras, mirar para otro lado mientras se evalúan las experiencias de estos estados con despenalización y legalización. Pero se trata de una solución a medias que solo puede ser alterada por el Congreso nacional.
Nada grave ha pasado -dice Collins- desde que se comenzó a implementar la medida en estos estados. El cielo no se ha caído. Ahora el Congreso es el que debe actuar. No buscamos que legalicen la marihuana a nivel federal sino que se permita a los estados tomar sus propias decisiones al respecto¨.
De hecho, según el activista, en el legislativo ya se vienen moviendo una serie de iniciativas que van en esta dirección. ¨Hay un reconocimiento de que hay un problema con la ley federal y no son solo demócratas sino muchos republicanos. Mientras llegan a una decisión, seguiremos usado la estrategia que hemos empleado hasta ahora, y que es muy similar a la que se ha usado para el matrimonio gay: ir ganando batallas estado por estado¨, remata Collins.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
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