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Los clubes ‘cannábicos’ confían en la inercia regularizadora

Cada vez hay más países que apuestan por legalizar la marihuana

Un hombre fuma un porro de marihuana.
Un hombre fuma un porro de marihuana. VICENS GIMÉNEZ

“¿Quiere probar esto?” le preguntó un ciudadano al presidente de Estados Unidos ofreciéndole un porro de marihuana. Barack Obama sonrió y rechazó la invitación. Un vídeo inmortalizó la escena, que se produjo hace dos semanas en una cervecería de Denver (Colorado), y algunos medios de comunicación, como la propia CNN, hicieron broma sobre el suceso. Colorado es uno de los Estados donde la tenencia y el consumo de marihuana son legales, como Washington. Además, en EEUU hay una veintena de Estados más donde se ha legalizado el uso terapéutico del cannabis.

Más allá de las fronteras norteamericanas destaca también el caso de Uruguay y muchos otros países amenazan en seguir los mismos pasos, como Jamaica, Colombia o Guatemala.

La percepción y también la legislación internacional del cannabis está cambiando y los colectivos que apuestan por la despenalización están convencidos de que es el mejor contexto posible para encarar la sesión especial de la Asamblea de las Naciones Unidas que se celebrará en 2016 para discutir sobre las políticas de drogas a nivel internacional. “Es imposible dejar el tema del cannabis fuera de la agenda”, aseguró ayer Martin Jelsma, politólogo neerlandés experto en políticas de drogas. Jelsma visitó ayer Barcelona para presentar el informe del Transnational Institute Auge y caída de la prohibición del Cannabis, que se puede encontrar en los quioscos con el número 200 de la revista Cáñamo, que ya acumula 17 años de vida.

Jelsma pronostica que la “tendencia internacional hacia la regulación” se hará notar en la sesión de las Naciones Unidas ya que los países que han legalizado la tenencia de marihuana “buscarán influir en los tratados internacionales para seguir con sus reformas”. De hecho, las nuevas regulaciones “están provocando una tensión fuerte con los tratados de la ONU”, ya que incumplen sus conclusiones.

“Lo que pasa en el resto del mundo estimula la discusión”, añadió Jelsma y puso el ejemplo de España donde cada vez hay más asociaciones y clubes cannábicos. A pesar de la presión social en este sentido, Jelsma —que participó como asesor del gobierno de Uruguay en el proceso de regularización— está convencido que no será el actual Gobierno de Mariano Rajoy quien apuesta por el cambio: “El Gobierno da más bien pasos hacia atrás, pero es muy importante dejar claras las normas de funcionamiento de los clubes”.

En la presentación también participaron los redactores de la revista Cáñamo y los representantes de los dos federaciones de clubes de cannabis de Cataluña, que reclamaron una normativa: “El turismo cannábico es culpa de la falta de regulación. La falta de normas ha dado pie a una proliferación de clubes, según Albert Mayol, miembro de la Fedcac.

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