Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos

Barcelona, 29-31 de enero de 2009

¿Por qué los campesinos de algunas regiones del mundo cultivan las tres plantas – hoja de coca, cannabis y adormidera para opio – que han sido declaradas ilícitas por las convenciones internacionales? Ese fue el tema esencial que se discutió en el Primer Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos (FMPCDI) que tuvo lugar en El Prat de Llobregat cerca a Barcelona del 29 al 31 de enero de 2009.

Las conclusiones del Foro se presentarán en el Segmento de Alto Nivel de la Sesión 52 de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas en Viena el 11 y 12 de marzo de 2009. Esta reunión está dedicada a examinar los progresos y dificultades para alcanzar los fines y objetivos que se fijaron en la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1998 (UNGASS) para enfrentar el problema mundial de las drogas.

application-pdfDeclaración política aprobada (Versión francesa)

Véase tambien: La palabra a los cultivadores de coca, amapola y cannabis, publicado el Febrero 13, 2009 por Amira Armenta.

La situación de los campesinos productores de cultivos declarados ilícitos

Ricardo Soberón y Pien Metaal al Forum

La heroína, la cocaína y el cannabis, las drogas ilegales más ampliamente conocidas que preocupan a la comunidad internacional, se producen a partir de plantas: la adormidera para la heroína; el arbusto de coca para la cocaína, y el cannabis para la marihuana o hachis. Los principales productores de estos cultivos que ocupan áreas considerables en los países son algunas comunidades campesinas de Asia, África y América Latina.

Según las últimas cifras publicadas por la ONU, en 2007 los cultivos ilícitos de adormidera para opio cubrían más de 235.000 hectáreas, la mayoría en Asia, de las cuales unas 190.000 estaban en Afganistán. La hoja de coca se extendió sobre una superficie estimada en 180.000 hectáreas en tres países andinos (Bolivia, Colombia y Perú) la mitad de la cual se encuentra en Colombia. En su conjunto, en los últimos diez años, la extensión de los cultivos de adormidera para opio y de coca tiene más o menos el mismo nivel que tenía en 1998. Mientras que la producción potencial de heroína y cocaína se ha incrementado.

Respecto al cannabis, indudablemente el cultivo ilícito que más ampliamente se cultiva, las cifras de la ONU para 2004/2005 indican al azar unas 230.000 hectáreas en todo el mundo, teniendo Marruecos solamente unas 72.000 hectáreas (134.000 en 2003). A escala global, desde hace décadas, millones de personas se mantienen y sobreviven de la producción agrícola de estas ‘plantas estupefacientes’, a pesar de que a ellos les llega la menor parte de los ingresos generados por la cadena internacional del narcotráfico.

Uno de los objetivos de la UNGASS 1998 era el de “desarrollar estrategias con la perspectiva de eliminar o reducir significativamente los cultivos ilícitos del arbusto de coca, la planta de cannabis y la adormidera para opio para el año 2008”. Este objetivo no se ha logrado, pero en la última década los productores de estas plantas han sido sometidos a la erradicación forzada de sus medios de vida, detenciones y encarcelamiento, y han sido estigmatizados como narcotraficantes.

Los cultivos se concentran a menudo en áreas en donde prevalecen situaciones de conflicto, inseguridad y vulnerabilidad. Las campañas de erradicación conducen por lo general a la militarización de las regiones productoras, sometiéndolas a políticas contrainsurgentes, produciéndose serias violaciones a los derechos humanos. Los programas para proporcionar a los cultivadores de estas plantas medios alternativos de vida han sido inadecuados, siendo pocas las experiencias positivas. La ayuda al desarrollo se suele condicionar a la reducción del cultivo ilícito, a pesar de que las medidas de erradicación no deberían realizarse hasta que los pequeños campesinos no hayan adoptado medios de vida viables y sostenibles.

La continuidad de los altos niveles de cultivos ha generado presiones sobre los encargados de las políticas, los organismos de fiscalización de drogas y los que se dedican al desarrollo para que propongan soluciones rápidas y unificadas, en vez de buscar políticas sostenibles y de largo plazo que contribuyan a reducir los niveles de cultivo de las plantas declaradas ilícitas. Las intervenciones del control de drogas tienen un enfoque desequilibrado y a menudo su seguimiento es escaso. Se ha puesto demasiado acento en medidas de castigo, incluyendo la erradicación, y se ha hecho muy poca inversión en desarrollo alternativo.

La erradicación forzada de los cultivos tampoco ha sido efectiva, y se la ha denunciado incluso como contraproducente pues en muchos casos ha conducido a desastres humanitarios. Particularmente en los lugares en donde se aplica la fumigación aérea, especialmente en Colombia, la erradicación ha causado perjuicios al ambiente y a la salud humana.

Los organismos nacionales e internacionales encargados de las políticas de drogas no consultan a la población involucrada en el cultivo de plantas ilícitas. No se tiene en cuenta su voz en el diseño de las estrategias que supuestamente deberían ‘beneficiar’ a esta población y encontrar una salida a su dramática situación. En la Comisión de Estupefacientes, la entidad legislativa del sistema de fiscalización de drogas de la ONU, estas voces no han sido nunca realmente consideradas.

Son pocos los países en donde existen sindicatos de productores de cultivos ilícitos, aunque en el caso excepcional de Bolivia un líder cocalero resultó elegido presidente. Entre estos sindicatos se han desarrollado algunas relaciones en los Andes, pero éstos no tienen ningún contacto con comunidades campesinas que cultivan adormidera y cannabis en otros continentes. En la mayoría de los casos estas comunidades están aisladas, dispersas y marginadas.

Representantes de Bolivia

El Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos fue la primera tentativa de unir a cultivadores de las diferentes plantas en todo el mundo y de ofrecer un espacio para el diálogo en el cual los participantes pudieran intercambiar sus experiencias, discutir sobre sus problemas, reflexionar sobre sus situaciones y planear una futura colaboración en beneficio propio, para proteger sus derechos humanos, y pudieran proponer modelos de desarrollo sostenible.

En el Foro estuvieron más de 70 líderes y representantes de productores, así como grupos indígenas de Asia, América Latina y el Caribe, y África, procedentes de los diferentes países en donde se cultivan esas plantas. Participaron también más de 30 expertos internacionales, y representantes de ONG y de instituciones gubernamentales.

¿Cuáles son los objetivos?

  • Intercambiar información mutuamente e informar al resto del mundo sobre los problemas políticos y socioeconómicos que arrastran a las comunidades hacia ese tipo de agricultura.
  • Tratar los asuntos relacionados con su futuro: desarrollo equitativo y sostenible de sus economías rurales y territoriales, reformas agrarias, desarrollo alternativo y desarrollo de los usos lícitos de estas plantas (medicinales, culturales y nutricionales).
  • Generar propuestas de políticas para presentarlas en los organismos encargados de tomar las decisiones.
  • Facilitar y contactar asociaciones y redes capaces de discutir con autoridades y cuerpos nacionales, regionales e internacionales en tanto que actores de su propio desarrollo.

UNGASS: Sesión Especial para enfrentar el problema mundial de las drogas de la Asamblea General de las Naciones Unidas

Las conclusiones del Foro serán sometidas a la Sesión Especial para enfrentar el problema mundial de las drogas de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) que se realizará en Viena el 11 y 12 de marzo de 2009, en la cual se decidirán las estrategias internacionales contra este tipo de cultivos.

Nota sobre los organizadores

El Centro de Estudios Rurales y Agricultura Internacional (CERAI) fue el principal organizador de este encuentro internacional, con la colaboración de la Asociación de los Pueblos de Montaña del Mundo (APMM), el Transnational Institute (TNI), la Washington Office on Latin America (WOLA), y el apoyo financiero de la Agencia de Cooperación Alemana (GTZ), la Fundación para el Progreso del Hombre (FPH), Open Society Institute (OSI) y Barcelona Solidaria (Consejo de Barcelona)
 
Más información:
Secretariado del FMPCDI-CERAI
Teléfono: 678 131 850
e-mail:  This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

Personas a cargo: Javier González Skaric (Secretario), Julia Volpe (Cerai Barcelona) y Anabel Carreras (comunicación).

Sitio web del Primer Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos