Breve historia de la inclusión del cannabis en el control internacional de drogas

La primera iniciativa de regular internacionalmente el cannabis partió de Italia a finales del siglo XIX
Revista Cañamo Nº. 63 y Nº. 65
Marzo y mayo de 2003

cannabis-plantLa primera iniciativa de regular internacionalmente el cannabis partió de Italia a finales del siglo XIX. En esas fechas Italia se había convertido en centro de almacenaje del cannabis proveniente de las regiones de Africa bajo dominio italiano. Desde allí el cannabis era transportado de contrabando hacia otros países. Pero la propuesta italiana sólo logró la aprobación de una resolución para que se hicieran estudios estadísticos y científicos sobre las consecuencias del uso del cannabis.

Varias décadas después, durante la Segunda Conferencia sobre Opio (Egipto 1924-25), el tema del cannabis se introdujo nuevamente dentro de una discusión internacional, esta vez a iniciativa de Egipto. Según la delegación egipcia, el uso ilícito de hachís era la principal causa de la mayoría de los casos de demencia en Egipto, y era un tema que interesaba a muchos países debido al riesgo de que el hachís reemplazara a otras drogas. A pesar de la oposición de Gran Bretaña y de la India, la Conferencia resolvió incluir el cannabis en la Convención de Ginebra de 1925 bajo un regimen limitado de control internacional: prohibición de la exportación de cannabis a países que lo hubieran prohibido y la exigencia de un certificado a aquellos países en los que sí estuviera permitido su uso.

De este modo, sin que existiera la documentación necesaria que fundamentara la necesidad del control y a instancias de un solo país, Egipto, el cannabis quedó bajo el control internacional legal de las drogas.

El tema no volvió a despertar interés en los organismos internacionales hasta que Egipto (1934) presentó de nuevo cinco preparaciones de cannabis (Indian Hemp, como se la conocía en ese entonces) que no estaban incluidas en la Convención de Ginebra y que, según Egipto, eran tan responsables de abusos como la variedad de cannabis recogida en la Convención.

A las presiones de Egipto se sumaron poco después las de Canadá y EEUU. El argumento de EEUU, según el cual existe una relación importante entre adicción al cannabis y criminalidad, sería clave en la futura postura internacional sobre el cannabis.

En el marco de la discusión internacional sobre el cannabis que tenía lugar en esos años en la Liga de Naciones, países como la India respaldaron el uso del cannabis por estar asociado con costumbres religiosas y sociales. Para otros países, como Polonia y Suiza, no existían estudios minuciosos sobre el cannabis, particularmente desde un punto de vista médico y científico. De este modo, se propuso la creación de un Subcomité, con representantes de diferentes gobiernos y la participación de científicos expertos, para estudiar el "problema" en su conjunto.

Mientras tanto en los Estados Unidos

Mientras tanto, EEUU, que había aprobado en 1937 la Ley Fiscal de la Marihuana (US Marihuana Tax), reforzó sus deseos de influir en el control internacional y de liderar un movimiento internacional contra el cannabis. Así, presentó una gran cantidad de documentación al subcomité en los que se pretendía probar una asociación entre delito, demencia y cannabis, al tiempo que impulsaba la teoría según la cual el uso de cannabis lleva a la adicción a la heroína.

Harry Anslinger, representante de EEUU, declaraba en 1938: "... la droga (marihuana) mantiene su vieja tradición mundial de asesinatos, asaltos, violaciones, desmoralización física y deterioro mental. Los archivos de la oficina prueban que su uso está asociado con la demencia y el delito. Así, desde el punto de vista del trabajo policial, es una droga más peligrosa que la heroína o la cocaína". (1)

En oposición a esto, uno de los documentos más importantes que produjo finalmente la Subcomisión insistía en que la asociación entre violencia y cannabis no se daba en Africa, y en un informe previo se atribuía precisamente al control del cannabis el aumento del uso de heroína en Túnez: "En el momento presente, la total supresión (al menos en países en los que el consumo de cannabis es un hábito muy antiguo) resultaría en un aumento en la adicción a drogas manufacturadas, que son mucho más peligrosas..." (2)

El trabajo del subcomité finalizó en diciembre de 1939, y con él el interés por el cannabis en los organismos internacionales hasta que retomara el tema la recién creada Comisión de Estupefacientes en 1946. Entre las conclusiones del subcomité, se encontraban las siguientes: eran necesarios más estudios sobre el contenido de resina en el cannabis, la determinación del principio activo del cannabis; sobre las causas de la adicción y su relación con la demencia y el delito, y sobre el fenómeno creciente de sustitución del consumo de cannabis por el de heroína, tal como estaba ocurriendo en el Norte de Africa, Egipto y Turquía.

Las Naciones Unidas y el cannabis

La creación de Naciones Unidas fue acompañada de la creación de la Comisión de Estupefacientes, en cuya primera reunión (1946) se hicieron obvias las futuras discrepancias sobre el cannabis. Por una parte, se presentaron opiniones médicas de EEUU y México que afirmaban la ausencia de peligro real en la marihuana y su escasa influencia en el comportamiento criminal. El representante de México planteó que demasiadas restricciones al uso de la marihuana podrían llevar a su sustitución por el alcohol, lo que traería peores resultados. El delegado de la India declaró que los indios eran moderados en su uso del ganja y bhang. El representante de EEUU, Harry Anslinger, por su parte, se empeñó en probar la relación entre el uso de la marihuana y el delito. La Junta Permanente Central también opinaba que la situación requería "acción internacional drástica".

El comité asignado para preparar la Convención Única se encontró obligado a abordar el tema del cannabis, incluido a última hora. El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyaba su prohibición, declarando que "no hay justificación para el uso médico de las preparaciones de cannabis" (3), aunque no se presentaron ningunas pruebas que ratificaran esta afirmación. A pesar del reconocimiento tácito a la dificultad de tomar decisiones sobre el cannabis ante la falta de información sobre el problema, la Comisión decidió incluirlo en la Convención Única, junto con la cocaína y la heroína.

La Comisión tomó dicha decisión en su reunión de 1955, tras analizar la escasa y sesgada documentación presentada para tal fin. El principal argumento utilizado para prohibir el cannabis era que la planta no tenía ningún valor médico. Curiosamente nadie cuestionó este criterio. Ni siquiera las pruebas según las cuales existía un uso medicinal del cannabis, en la medicina tradicional de la India por ejemplo, supusieron un obstáculo para decidir la prohibición, simplemente se permitieron reservas a las cláusulas relevantes de la Convención Única. Las objeciones de India no tuvieron mucho eco ante el masivo bloque anticannábico.

La nueva investigación del Organización Mundial de la Salud

Años más tarde se presentó una nueva oportunidad de infundir sentido común al debate sobre el cannabis. En 1993, el programa sobre abuso de substancias de la OMS inició una investigación sobre los factores de riesgo derivados del uso del cannabis. Uno de los temas de investigación se centraba en una "Evaluación comparativa de las consecuencias físicas y psíquicas derivadas del uso del alcohol, el cannabis, la nicotina y los opiáceos". El informe, publicado en agosto de 1995, concluía que: "Considerando los patrones de uso, el cannabis representa un problema para la salud pública mucho menor que el del alcohol y el tabaco en las sociedades occidentales". (4) La OMS decidió suprimir dicho párrafo del informe final alegando que "la decisión de no incluir dicha comparación en el informe final se fundaba en criterios científicos que no tenían relación alguna con presiones políticas". (5)

Hoy día, el bloque anticannábico se mantiene atrincherado en la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), desde donde recrimina cualquier intento de salirse de la línea marcada por las convenciones. Rechazando la tendencia hacia la descriminalización del cannabis existente en numerosos países del mundo, en su informe de 2001 la JIFE advertía sobre la creciente tensión entre las prácticas tolerantes y la estricta adherencia a las convenciones. El informe menciona a España, Italia, Luxemburgo y Portugal, Bélgica y Reino Unido y condena especialmente a los Países Bajos, por la existencia de los coffee shops, y a Suiza, porque en caso de adoptarse el proyecto de ley que se está discutiendo, constituiría una "acción sin precedentes encaminada a legalizar el consumo, cultivo, fabricación, posesión, compra y venta de cannabis para fines que no sean médicos", algo incompatible con la Convención de 1961, afirmación que reitera en su informe de 2002.

Dada la falta de argumentos científicos en la decisión de incluir el cannabis en las listas I y IV de la Convención de 1961, sería pertinente superar los criterios morales y comenzar a discutir la clasificación actual del cannabis con criterios científicos, mediante, por ejemplo, la creación de un grupo de expertos independientes que alimenten la discusión con sus investigaciones.

Referencias

1. H. J. Anslinger, Enforcement of the Narcotic Drug Laws in the USA, ponencia ante el Comité Consultivo sobre el Opio de la Liga de Naciones, 14 de mayo 1938.
2. Bruun, K; Pan; L. and Rexed, I.; The Gentlemen's Club. International Control of Drugs and Alcohol, The University of Chicago Press, Chicago, 1975.
3. Bruun, K; Pan; L. and Rexed, I.; The Gentlemen's Club. International Control of Drugs and Alcohol, The University of Chicago Press, Chicago, 1975, p. 196.
4. Hall, W., Room, R. y Bondy, S. WHO Project on Health Implications of Cannabis Use: A Comparative Appraisal of the Health and Psychological Consequences of Alcohol, Cannabis, Nicotine and Opiate Use; National Drug and Alcohol Research Centre, University of New South Wales y Addiction Research Foundation, Toronto, 1995.
5. WHO; WHO did not Bow to Political Pressure in Publishing a Report on Cannabis, Press release WHO/26, 19 February 1998.